“Hay instintos animales primitivos que acechan en nuestras propias profundidades, esperando la oportunidad de deslizarse en un momento de consciencia. Las esculturas se centran en recrear la psicología humana, despojada de contexto y racionalización, representándose a través de formas animales y humanas. A primera vista, son simplemente individuos salvajes y domésticos en suspensión en un momento de tensión. Pero bajo la superficie se esconde el impacto de la agresión, los deseos territoriales, el aislamiento, y la mentalidad de manada”.
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